Un espectro recorre Europa es el título de esta historia de cinco páginas que hemos hecho Toni Guiral (al guión) y yo (al dibujo) para el recientemente publicado libro colectivo sobre la república de Weimar, editado por La Semana Negra de Gijón.
Lo firmamos con nuestros segundos apellidos (Conti y Santalla) porque usarlos es una vieja costumbre entre nosotros y, además, para que nuestras santas madres nos lo agradezcan.
Todos los textos de la historia pertenecen a diversos escritos o declaraciones del artista George Grosz.

Otras tramas explicaban cosas del pasado de Ana, como el episodio en el que se narraba cómo su madre quedó embarazada de ella en la isla de Ibiza. Una historia de amor adolescente de dos chicos, a mediados de los setentas. La madre de Ana trabajaba en un hotel económico de limpiadora y su padre era un joven que disponía de cierto dinero y autonomía como para ir a la isla de vacaciones con unos amigos y alojarse allí (básicamente a “pillar”). Se enamoran y el chico le promete volver a por ella después del verano, cosa que nunca hace. Por puro azar (y, posiblemente, bajo la influencia de Paul Auster) la trama hace que casualmente se encuentren, muchos años después, en Los Ángeles, California. Ella trabaja de cajera en el museo Ripley´s (believe it or not) de Hollywood Boulevard con Highland y él, inconfundible turista burgués en la ciudad, la reconoce al entrar con su familia (mujer e hijos malcriados, con merchandising de Disneyland hasta en el hocico). En un instante, con el cruce de sus miradas, el tiempo se congela y vemos que todo ha cambiado, pero a la vez sabemos que todo va a ser y seguir igual. Ambos lo saben con solo mirarse. De nuevo él no hace lo que desea hacer con todas sus fuerzas, lo que deseó y no hizo en el pasado. Su cobardía le hace volver a perder la oportunidad de compartir su vida con quien debió hacerlo hace treinta años, pide sus tickets en un mal inglés y entra con su familia en el museo de los engaños. Él es el ladrón de su propio tiempo.

Cuando descubrí que el libro sobrepasaba las 150 páginas en boceto, me di cuenta de que era el momento de sacar la podadora. Como siempre, menos era más, así que eliminé algunas sub-tramas que entorpecían la lectura más que enriquecerla o complementarla.

Algunas de esas tramas hablaban de cómo Konstantín (bueno… su espectro) asiste al funeral de Gandhi en el año 1948… Su llegada a La India era, pues, menos apresurada de lo que resultó en el libro finalmente.

Cambiemos de tercio: Vuelvo a los años 2004 a 2007. Durante ese tiempo no trabajé más que en la historia de “El tiempo arrebatado”. Aquel tiempo fue mío, nadie pudo quitármelo (como bien intuía Álvaro Pons) y dio para abocetar, reflexionar, cambiar, buscar nuevos estilos y tramas, rehacerlo todo varias veces y aprender algunas cosas sobre el oficio de narrador.

Revisándolos con la perspectiva del tiempo, descubro que hay muchos bocetos, casi todos en realidad, que me gustan más que las páginas terminadas.

Empiezo esta nueva andanada blogueril con esta cosa, que dedico a Pedrito Daniel, por confesarme en alguna ocasión que lo que más le molaba de mi blog eran las carrozas del desfile de Mulan.

...Seis meses después de la última “posteada”... ya iba siendo hora de colgar algunas cosas.

Esto va dedicado a Gracia “Stranded”, por su último comentario en el blog y, sobre todo, por saber irradiar tanta felicidad y tan buen rollo a su alrededor.
También va para todos los que estaban hasta la coronilla de ver el dibujo de la vieja al entrar en el blog. Así pues, aquí van algunas “fricadas” más del periodo Disney: Prepros y lay-outs varios de Tarzán y de “Emperor´s”.

Un story sketch de los que hice para “Los reyes magos”. Allí tuve que hacer de todo: aprender a no matar guionistas, ni productores, ni directores de animación; dibujar Story-boards, work-books y layouts; montar la peli (sin José Manuel imposible); jugar a ser músico sin saber leer una sola nota; hacer un curso intensivo de Toonz para rodar planos complejos; mover muebles; empaquetar VHS para los miembros de la academia (para lo que sirvió…)… En fin: divertirme y aprender, cosa que no se consigue hacer en todas las pelis en las que uno se mete, ¿verdad chicos?

Una página (bueno, el dibujo a línea solamente) y su boceto previo, de uno de los tebeos que nunca fueron…